
Con siluetas renovadas pero la misma espectacularidad que entonces, la moda en su más pura esencia volvió a invadir París desde un espacio de la Plaza Vendôme convertido en mágico. Estampados y materiales inspirados en la naturaleza y el mundo animal, volúmenes pensados para impactar y diseños cien por cien Schiaparelli en los que lo onírico y lo real conviven en perfecta armonía. Una colección, en fin, concebida para expresar sin prejuicios el sentido real de la Alta Costura, inaccesible e inmensa, insuperable y diferente. Una reproducción en el siglo XXI del carácter que escribió la leyenda Schiaparelli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por tu comentario!